Mi esposa prefiere darle comida a su loro que hacerme cariño o tener nuestras cositas íntimas que las extraño hace dos años, fecha exacta que llegó ese pajarraco a la casa.
Doctor Cariño:
A propósito del Chimuelo... Mi esposa prefiere darle comida a su loro que hacerme cariño o tener nuestras cositas íntimas que las extraño hace dos años, fecha exacta que llegó ese pajarraco a la casa.
Tengo 60 y sexualmente estoy 200 por ciento, porque uno sabe. No necesitaría Viagra ni ningún estímulo para hacer feliz a mi viejita, pero cuando le digo no me pesca, pues tiene al loro, Patito, metido dentro de la pieza. Y yo estoy que suelto las cuerdas. Por más que le pongo empeño, ella no me infla y se llena sus manos con alpiste para que él coma en vez de mi persona. Ayuda.
Pato
Ay, don Pato:
Para serle muy, pero muy sincero, el tema del Chimuelo me tiene enteramente chato, cansado. No soy amargado, pero creo que se saturó. Sin embargo, lo de su historia me llama la atención cómo su querida esposa mantiene a un loro en la pieza, cuando un ave necesita aire, sol, luminosidad, pero ella lo tiene metido adentro.
Quizás a usted lo quiere evitar y metió al pájaro en el baile, porque quizás el hombre de la casa debe jugársela más. Es decir, invítela a comer, prepárele un traguito romántico en vez de tirarse el salto con una conversa corta. Eso falta a esa edad. Son muchos años como para que vaya a la pelea así nomás. Le apuesto mi cabeza que si hace una perfomance distinta le salta la liebre. Suerte.
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