Chiquita tiene miedo de que le rieguen la flor antes de soplar las 18 velas

Doctor: 

Soy chiquitita como una pepita de ají, pero no se me nota. Desde niña, bueno cuando era más niña, que me crecieron mis cosas y ahora que tengo 17 todos me echan como 25.

Y aunque los jotes me han llovido, siempre le he hecho caso a mi papito y mi flor sigue intacta, "olorosita" y ninguna manguera la ha regado con el chorro directo.

Me queda un mes para soplar la vela de la adultez, pero, caballero, no sé si aguantaré invicta porque estoy que corto las huinchas con el Mateo, mi vecino del que he estado enamorada desde que veía los "Cariñositos".

Es flaco, con calugas como Alexis y anda en skate. Y yo me imagino arriba de su tabla dura, mientras él me enseña a andar con un "Titanic" puntudo.

Yo sé que le gusto, pero me da miedo que no sea la pura puntita, y mi papá me pille. Ayúdeme, por favor.

Rosi 

Mi flor:

No sé si tirarle las orejas o felicitarla, mi petunia. Que le haya hecho caso al papá en estos tiempos, donde las muchachas cambiaron a Barney por el peluche tuerto, es para hacerle un altar, sobre todo si como usted dice hace rato que a los ojos de los lobos, con el medio estepario, dejó de lucir como una oveja que arrastra la bolsa del pan.

Pero mi pepita de ají, sabe qué... lo importante no es que lleguen los 18 y a usted le rompan la piñata a capela, por el sólo hecho de que ahora puede entregarle el voto a cualquiera, como buena ciudadana, y sacar licencia para manejar.

Lo que de verdad su papi le quiere decir es que sea madura para dejar que las abejas le chupen el néctar, pero hasta dónde usted lo pueda manejar. ¿Me entiende? Ya, entonces súbase al skate, pero con casco y rodilleras. Suerte, mija.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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