Doctorcito:
Soy plomero de profesión. Profesión, porque estudié, me saqué la cresta y soy un capo. Gracias a mi pega tuve un matrimonio a todo cachete, armé una linda casa y cáchese que tengo una piscina hasta pa' tirarme piqueros desde el techo.
Me va tan bien que no paro. Es que me llaman de todos lados. Ahí el drama, porque mi esposa pasa todo el día sola y me reclama que no me ve ni media hora. Bueno, todo sea por asegurar el futuro.
Pero como no soy perfecto, tenía que embarrarla... Me metí con una clienta que quería que le destapara del desagüe hasta las orejas. Y pucha que la destapé.
El atado es que, además, es vecina del barrio y me amenazó con decirle a mi iñora si es que yo le cobro por la pega. Y cáchese que ahora quiere que le haga pololitos hasta a su familia, poh. ¿Qué hago?
ARSENIO
MAESTRO:
No hay mejor dicho para su caso... Metió la cabeza al water. Pucha que la jodió, oiga.
Se las dio de galán, cuando sólo tenía que hacer la pega, y al final se encontró con una pana sin solución: lo tienen tomadas todas las herramientas, oiga, y la tiene hasta el cuello.
El vivito pensó que sería una pega con propina especial y ahora está pagando el condoro con una fresca. Lo siento, no le queda más que agachar el moño, ir donde su patrona, contarle la dura y cruzar la llave de cruz para que lo perdonen en un par de meses... Es la única forma de cortar con la amenaza y que sigan abusando de su buena pega, su califa. Suerte.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com