Doctor:
No sé hasta cuándo voy a aguantar los joteos de mi cuñada.
Llevo cuatro años casado y antes de ir a la Iglesia, ese mismo día, la hermana de mi mujer se metió en mi departamento para hacerme la despedida final.
No sé de dónde sacó las llaves, pero quería manifestarse conmigo con una conferencia de prensa en mi baño, en mi ducha y yo en pelotas.
De ahí en adelante cuando puede comienza a hacerme jueguitos para que me ponga nervioso ante la mirada de mi esposa, su hermana.
Está loca de patio, pero lo peor de todo es que se gasta el medio forro, de cara es una diosa. Aunque en su cabeza tiene una cantidad de enanos vueltos locos y caminando para cualquier parte.
Quiero destapar todo esto.
JUAN
Mi amigo:
¿Y qué cresta está esperando? ¿Qué le hagan un Quico? No pues, hijo. Acá debe ponerse los pantalones, juntar a la familia y despotricar contra la hembra que le puede echar caquita a su matrimonio.
No se quede callado y, aunque sea terrible de califa, rica, hermosa, ella es su cuñada y con lo que hace quiere decir que no respeta ni una pizca a su hermana. Mal.
NO meta la cabeza al guáter y disfrute a la mujer que le dio el sí en el altar. Si juega por fuera con la cuñada, le garantizo que le caerá la teja hasta en el manguaco. Y perderá pan, marraqueta y pedazo..
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com.
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