Doctor Cariño:
Tengo mi corazón destrozado. Pillé a mi polola en una esquina agarrando con un compadre que no sé quién es. Iba a encararlos, pero se me salieron los ojos cuando caché que el socio le tenía la mano perdida entre medio de las piernas. Ahí se me cayó todo y sólo huí y atiné a puro llorar.Más que los celos y lo que significa que a uno le pongan los cuernos, me dio impotencia que el hombre tocara a la que era mi mujer a diestra y siniestra, en la calle, como si se riéra de mí en la cara. Nunca más llamé a mi mina y ella tampoco me llamó. Seguro cachó que yo caché.
SCOOBY
Mi Scooby:
Claro, se puso así porque se debe sentir como un perro haciéndose el causeo y sólo recordando la escena del charanguito. Acá a usted no le importa un rábano que la hembra lo engañara, es más, si no hubiese visto lo que sapeó en la plaza estaría más tranquilo. Lo que le enfurece y le duele es el tema sexual. Obvio, usted estuvo allí en esa mata.Lo importante acá es que arrancó de una mujer suelta y que no lo quiere. Si lo hubiese estimado un pichintín, mínimo lo llamaba para preguntarle por qué no la ha ido a ver. Y no lo hizo, por lo que supongo que optó por el señor patas negras. No sufra. No vale la pena. Se cacha al toque que estaba en mala falda. A no ser que se haya quedado calladito y no contó por qué se farreó a la damisela.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com