Doctor Cariño:
Tengo una amiga de años, y ha sido mi consejera en todos mis amores.
El otro día fui a su casa para contarle que me había separado y, de repente, ella se me puso a llorar y me abrazó y me besó.
Después me largó de que siempre estuvo enamorada de mí y que era la mujer más feliz al saber que me había alejado de mi esposa.
De verdad, yo estaba curao como zapato, y le tiré los cortes y me la serví con papas fritas hasta las 7.30 de la mañana del día siguiente.
Quedó loca, muy enamorada, y yo estoy más arrepentido que el Chavo del 8.
Amo a mi mujer, destruí una amistad. Soy una mierda. Ayúdeme.
Sam
Mi guachito:
El copete envalentona a cualquiera. Personalmente he tenido malas experiencias con el odioso.
Una vez me confundí y estuve a un pelo de agarrarme a calugazos con un travesti. Lo había encontrado rico y no cachaba nada. Al final un amigo me salvó.
Lo suyo es grave, porque no es sólo un piquito, estamos hablando de un encatramiento de los pulentos y con una amiga del alma, que tiene sentimientos puros hacia usted.
La embarró y metió la cabeza al guáter. Vaya a verla, llévele unos chocolates y llórele en disculpas.
Ella lo ama, pero usted deberá tener el tino para decirle que esta relación es imposible.
Sobre su señora, no le digo nada, porque anda remojando el cochayuyo por fuera. Ella por ahora no se lo merece de vuelta.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimentalsi las mandas a doctorcarino@lacuarta.com