Doctor cariño:
Trabajo en una oficina de contabilidad y la semana pasada llegaron cuatro alumnas en práctica. Hay una que tiene 22 años y es un manjar.
Morena, chiquitita y curvilínea. Sensual y habla a punta de xuxadas. Eso me excita doctor. Pero yo tengo 42 años y podría, incluso ser su taita.
Pero ella me juega, me mira y sé que quiere puro ir a la pelea en el ring.
Yo estoy separado hace cuatro años y desde esa fecha que no remojo el cochayuyo. Así que entenderá, galeno del corazón, cómo estoy de llenito de amor.
Sergio
Checho:
Dicen que los Sergios son muy califas y aunque se salven siempre andan llenitos de amor.
Pero usted, con cuatro años de abstinencia en el cacheteo, debe tener los calcetines duros en su pieza y los calzoncillos terrible de gastados, como si fueran de un taxista.
Para más re' cacha le saltó una reineta jovencita que lo tiene al borde de invocar a la mujer de apellido Palma. Y ahí está, pegándose combos en la guata y pensando en que es un veterano que podría comerse a una niñita.
Mire, mi caballero, más allá del sexo y el amor hay respeto. Usted está separado, ella soltera y con mayoría de edad.
Por lo tanto, si ambos se gustan no le veo problema en que se junten para ver qué resulte. A los 42 está muerto de la risa para rendir en el catre como cabro chico.
Distinto sería un Carlos Menem con la Bolocco, que había que parar al viejo con una tortilla azul. Si hay respeto, vaya a la pelea. Y al ring, obviamente.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com