Doctor:
No sé qué hacer, encontré al amor de mi vida. Lo dejé todo, pero ella ni bola me da. La conocí en El Tabo, donde vivo. Ella andaba de vacaciones, sola y recién separada. Para mí fue amor a primera vista, pero para ella fui un hombre más.
Nunca había vivido emociones tan fuertes. Después de esta experiencia me divorcié, no tengo hijos y no es la primera relación extramatrimonial. Sin embargo, ella es especial.
Siempre me dijo que lo nuestro no funcionaría, fue honesta. Le escribí durante meses, pero nunca leyó mis mensajes por Facebook. Es egocéntrica, no se lo reprocho, me gusta tal como es. Sé que si nos viéramos renacería la pasión, pero ella desapareció, me excluyó de su vida sin dar explicaciones ni decir adiós.
He tratado de olvidarla. De hecho, en Navidad borré todo mis mensajes, pero no puedo. Ella jugó conmigo, con mis sentimientos, pero es la mujer más importante que he tenido. .
Pablo
Pablito:
Con respeto, usted es un pobre pájaro. Para empezar, cree saber lo que quiere en su vida, pero la realidad es que no sabe nada de nada.
Le aseguro que si se divorció fue por varios factores más importantes que por enamorarse como cabro chico de una lola de 18 en una día de verano.
La mujer que usted encontró las tiene claras. La quiso pasar bien, en un día cualquiera, pero se encontró con un baboso que creyó protagonizar una canción de Luis Miguel.
Despierte, caballero, usted no está viviendo la historia de un príncipe, está en el Siglo XXI viviendo una historia real, que dice que sólo lo ocuparon para una noche de pasión y no para ser felices el resto de sus vidas.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com