Señor del corazón:
Soy uno de la veintena de dobles que tiene el Puma Rodríguez en Chile. Reconozco que me veo más rasca y no me dio para participar en “Mi Nombre Es” o “Talento Chileno”, pero tengo mi pinta que en algo se asimila a la del venezolano. Por lo menos luzco mis ojos achinados. Pero mi problema es la calvicie que me aqueja. Por ello, uso una peluca muy buena que era de una tía y con esa hago mis shows. Hace dos semanas fui al sur a un bingo de un colegio. Me pagaron una 100 lucas por mi presentación. Canté, bailé, hice un repertorio de primer corte, pero cuando terminé, viví un calvario. En una pieza oscura que ocupé como camarín se metieron dos viejas y me dejaron en pelotas. Quedé hasta pelado. Pero no vi nada, solo sufrí agarrones, besos, rasguñones y un apretón infartante en el niño. Me dolió tanto que caí a tierra y quedé inconsciente. Cuando me recuperé encontré una luz tenue, busqué mis cosas. Y ahí me percaté que perdí la peluca. Me dio lo mismo retirarme pelado del lugar. Ya me habían pagado, y la gente no me reconoció. Pero que me hayan robado un choclón de pelo falso lo encuentro rasca. ¡Qué hago!
EL PUMA
Oiga:
Ah, no si no... Seguramente iba a firmar “El Perro’’. Mi chévere: para serle sincero, la historia me huele a cuento, pero si fuera verdadera sólo le recomendaría que partiera al colegio y exigiera una indemnización. Primero, porque el establecimiento educacional que lo contrató debe velar por su seguridad. Más encima considerando que usted le funcionó bien con el “Agárrense de las Manos’’ o moviendo el manguaco en el “Pavo Real, uuuhhh’’. Se portó como un artista pulento. ¿Y qué recibió a cambio, a parte de la gamba? Que dos abuelas califas le hicieran el callejón oscuro y una peladilla que lo dejaron casi muerto. Un apretón en el muñeco le duele a cualquiera, y con usted debe haber sido brígido como para que lo dejara Plop. No obstante, su peluca es lo que siente. Es que claro, hay un valor sentimental, más allá de que en el invierno le tape la brillosa del frío, o se le corra cuando baila mucho el “Hay mamita santa’’. Pídale lucas al colegio y, aunque suene chistoso, dígale que su chasca de utilería tiene un valor incalculable. En una de esas…