Doctor:
Se me cae la cara de vergüenza, caballero. Pasa que hace tres semanas mi cuñada y mi hermanito del alma me pidieron la gauchada del año: hacerlas de chaperón de una parienta que venía del sur. Debía cuidarla, alejarla de los lachos, buitres y toda esa fauna califa. Lo concreto es que fuimos a una fiesta, salió un puntudo, ella se enojó y lo arreglé a charchazos.
Ella se fue llorando a mis brazos, nos besamos y acabamos en la cama de mi hermano. Y ahí mismo nos pillaron haciendo tuto y quedó la escoba. Mi hermano me echó a patadas, la mina se fue de reto y partió de una al sur y yo estoy con el corazón roto. Ayuda, plis.
Lucio
Lucito:
Harto retrógrados su hermano y cuñada, mire que hacerles atados porque la cabra y usted se encamotaron de puro y gran gusto. Ambos son mayorcitos y no tienen compromisos, ¿por qué tanto bombo? Ella lo quiere, usted a ella y los demás son de palo. Vaya a buscarla y enfrente a todo aquel que quiera separarlos.
Si ya la salvó de los puntudos y manilargas y ella, además, le dio el manso premio por ser su caballero protector, huelga decirle que corra por su amor. De hecho, los tiempos han cambiado y si quieren hacer la vida juntos, no requieren permiso de nadie, a lo más avisen para que nadie se sorprenda. El amor es cosa de dos. ¿Estamos?
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com