Enfermera del amor la sufre por amante péndex

Estimado colega: 

Necesito con extrema urgencia de su sabia orientación, porque aquí en el nosocomio que trabajo, ningún otro facultativo puede ayudarme con tan sabios consejos, además, ando de clandestina. Déjeme explicarle. Mire, sucede que soy enfermera de un prestigioso hospital. No soy como las guatonas con bigote que describe el Coco Legrand, sino que soy una profesional universitaria y pintosa, más bien como de los chistes del Jaujarana, del estilo Cristina Tocco. Todos los médicos quieren cachar si ando malita del pecho. Y bueno, así fue como entre el pabellón y la consulta, inicié una relación con mi jefe, onda que nos subía la bilirrubina, como dice la canción, así que ya llevamos años dándole firme a la anatomía, pero todo por debajo de las camillas, doc. Nadie sabe de nuestra relación, menos mi marido, al que tengo que reconocer que tengo súper botado porque nuestra relación es más fome que darle un baño de esponja a un veterano. Bueno, la cosa es que en uno de los muchos happy hours que me voy a pegar con mis amigotas, conocí a un cabrito que me comenzó a hacer los puntos y a mí me gustó ene. Cuando supo que era enfermera se entusiasmó caleta. Me pidió que lo examinara porque se sentía mal. Claro que estaba enfermo el gallo. Enfermo de caliente, así que le dimos a las vacunas varias veces un par de noches. Pero el problema está, doc, en que el hombre no cachó que esto se trataba de un remedio temporal para nuestra fiebre de sábado por la noche y ahora me sigue, me llama y me acosa. Hasta ayer no sabía cómo lo hacía para aparecerse en todos los boxes del hospital, pero ahora sí lo sé: El merme es el hijo de mi nuevo jefe. ¿Qué hago doc? ¿Cómo extirpo ese tumor de mi vida?

complicada

Guachita:

Ya quisiera tener yo una asistente que me haga friegas cuando me dan calambres en los cortitos de tanto responderle a la barra pop, pero usted ya está terrible de ocupada, así que vamos a lo suyo. Lo del cabro chico creo que lo puede solucionar de una pura espantada, onda que si no la deja de joder, lo llevará al dentista. Eso sólo cuando el pergenio no se le suba por el delantal y se le ocurra comenzar a extorsionarla. Gánele la mano y chántele la moto. Dígale que o la deja hacer rondas tranquilas o le dirá por el altavoz a su papi que su regalón le anda pidiendo puras cochinadas. Igual todo es súper riesgoso, porque si lo suyo con el mini galán se sabe, será cosa de tiempo que la pandemia de rumores se expanda y llegue a los oídos de su amante y del cornúpeta de su marido. Al final va a quedar como la suelta que es no más, mija, y no se la mando a decir con nadie. Ese matricidio termínelo ahora ya, porque no tiene penicilina que lo salve. Supongo que más encima el jefe al que le hace las recetas médicas sentada en las rodillas es casado, por que si no, ¿para qué tanto secreto profesional? Si es así, olvídese de tener una vida con él después de tantos años inventando turnos para verse. Si es soltero, algo esconde el doc, pues no tendría razones para no tener una relación más o menos formal con usted. Cualquier otra chiva, será pura aspirina.

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