Doctor:
Espero que mi confesión quede anónima y la esté enviando de manera adecuada. Para que no me eche al agua, porfis.
Soy una chiquilla de 28 añitos y tengo cuatro pequeños, toditos del mismo papá.
Mi marido es un hombre de ensueño, es re' guapo, me trata como una reina y si quiero salir se queda con los peques para que pueda distraer la mente.
Como le digo es un excelente hombre y papá... Pero como todo no puede ser perfecto, aquí viene mi drama: tenemos problemas en el ring.
No es que sea una musa en el tema, pero leo de los libros cochinones y todo lo pongo en práctica con él y siempre lo dejo con tremenda sonrisa y en los brazos de Morfeo, pero quedo mirando pa'l techo. No alcanzo a gritar Viva Chile.
Ilumíneme.
Lali
Lalita:
Acá hay un problema de comunicación con una mezcla de mente y urología.
Es que el caballero al parecer es el hombre más rápido del Oeste y se va a los 30 segundos para la casa. Y ahí es donde usted debe recomendarle que más allá del que cuelga, también existe la lengüita y las manitos y los besitos.
Es decir, no todo es mete y ponga. Lo que le quiero explicar, y debe transmitírselo al buen padre, es que salga con todo el equipo a la cancha y ocupe todo para que usted logre el punto máximo del sexo.
Ayúdelo, al comienzo le va a costar, pero después cuando vea que su esposa está con los ojos blancos, le va a llegar la seguridad solita y el medio minuto con el bombín se multiplicará por 10 o 20. Y ahí me lo va a agradecer.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com
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