Sorry que lo moleste, pero no aguanto más con las insinuaciones de la que será mi futura cuñada. Con mi hermano mayor hemos sido muy yuntas, más que hermanos, amigos. Hemos estado en todas, pegas terribles, vacaciones, juergas, fiestuzas y hasta hemos intercambiado pololas en días de playa en El Quisco. Pero a él le llegó la hora de sentar cráneo y halló la mujer de su vida, una diosa: cuerpo pa’l delito, linda voz, con billete, educada, decente, pero cuando me ve se vuelve loca y en reuniones de familia se me ha tirado al dulce. En la cocina, el patio, el baño... Y yo na’, jefe. Me dice que quiere sacarse los balazos conmigo por lo menos un mes y de ahí se casa con mi hermano para ser una mujer virtuosa. ¿Le doy en el gusto o abro el tarro y dejo la patá?
GUACHÓN
Don guachis:
Su hermano está por casarse con una hembra que tiene el coleflecha en el cuerpo. Y mi consejo es que cosas de dos no son de tres. Usted puede querer mucho a su brother, pero si le dice que ella lo acecha para darle guaraca, lo más seguro es que lo trate de desleal y de patas negras. Ese problema es de su hermano y si él no quiere ver lo penca que es la mina, sólo él puede averiguarlo y tomar una determinación. ¿Estamos? Y, ¡por favor!, olvídese de eso de comerse una sola vez a la que va a ser la diabla de su hermano, porque si lo hace para aplacar la fiera caería en algo peor que lo obrado por Caín contra Abel, en la Biblia. Por ahora, es mejor correrse y, si puede, virarse de esa pareja para no salpicarse.
