Doctor:
Ayúdeme a funcionar con mi polola. Desde que me separé con mi señora pareciera que me echó un embrujo. Me puse a pololear y el niño no se entusiasma con nada. Mi minita es rica, voluptuosa, pero al momento del amor, en la camita, me urjo entero y no levanto carpa ni por si acaso.
Ahí nos vestimos y para la casa. Sin embargo, cuando me encuentro en mi habitación la recuerdo y se me dispara como un roble. No cacho qué onda, y estoy preocupado, pues me pueden dar la PLR de puro malo para el catre.
Rodrigo
Rorrito:
El tema suyo es súper común. Claro, zapateó en una fonda oficial por años y ahora que se separó tiene que cachar que debe tener ritmos distintos, durar más o menos bien y estar a la altura con la erección. Más aún cuando usted me dice que se gasta la mansa mina en la actualidad y que debe pedir agüita de la buena. Es sólo inseguridad lo que padece.
Le recomiendo que vaya a una farmacia, pida el compuesto sildenafil, el mismo del Viagra, pero más baratito, y antes de ir al ring, una media hora, se lo chanta con un vasito de lo que venga, menos copete. Andará más eléctrico que Flash Gordon y será una roca andante. Las hará todas. Luego de eso, agarre el resto de las píldoras y bótelas a la basura. Ya recuperó la confianza que necesitaba y seguirá solito en el amor.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com