Doctor:
Estoy enfrentado a un dilema: la casa o la pega. Tengo un matrimonio que se arrastra hace años por culpa de la rutina.
Tal vez por eso en la oficina me pasaron cosas con una colega, pero no hablo de una calentura ni una canita al aire.
Había química entre nosotros, una cosa rara que no sé describir. Salimos piola un par de veces, pero nunca pasó nada más que una conversa mientras tomábamos un shop.
Creo que una vez nos dimos un piquito y sería. La cosa es que a mi esposa algo le contaron y ardió Troya en el hogar. Para evitar problemas esta colega renunció y se fue a otra pega.
Pasaron ya siete años de eso, yo también me cambié de empresa. Ahora me nombraron jefe y me pidieron armar un equipo nuevo.
Y como esa ex colega es seca, quiero traerla para que sea mi mano derecha, aunque en mi casa hagan escándalo.
Pega es pega.
Rodrigo
Rodriguito:
Estimado, lo primero que debería intentar arreglar es su matrimonio ¿Qué es eso de una relación que se arrastra por años?
Hable con su señora y traten de resolver ese tema. Si no funciona, pidan ayuda profesional. Y si eso también falla... ahí tendrán que tomar una decisión definitiva.
Otra cosa es la pega. ¿Cuál es la idea de llevar a esa amiguita a trabajar con usted? ¿Quién le creerá que quiere hacerlo porque ella es "seca" para el trabajo?
Por último, si así fuera, bastaría ver las noticias para saber que para nombrar a alguien en un cargo no basta con el currículum, también tiene que pensar en el qué dirán.
Pero para mí que usted lo que quiere es jugar a ser el Señor Zañartu y tener a la mano a su propia Valkiria. Lo más viejos entenderán de qué hablo.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com
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