La mamá de mi amigo me persigue.
Un día curado en una fiesta la agarré a besos en el juego de la botella. De ahí en adelante se pasa rollos conmigo. Me llama al celular cada una hora, me tiene desesperado.
Cartas, hostigamientos a mi madre y mensajes en mi autito son un 10% de lo que hizo el viernes pasado. Me fui a quedar a la casa de mi compadre después de una fiesta. Y su mamita intentó pasarse por la ventana desnuda para comerme. Yo estaba durmiendo, escuché un grito y salí a mirar. La vieja estaba en el suelo toda rasguñada y a potín pelado.
Mi amigo se murió de vergüenza y me pidió que lo acompañara a la posta. De ahí en adelante nunca más lo llamé, pues él no sabe el verdadero motivo de lo que sucedió. Estoy chato.
Willy
Don Guillermo:
La mina está loca de remate y seguramente debe tener un tema con copete o con algún manjarate por el estilo. Lo que hace no es normal, y usted desde el primer momento debió abrir el tarro con su compadrito.
De hecho, cuando le dio el beso negro a la veterana era el momento de contar la cosa como anécdota. Pero no, dejó pasar el tiempo y la hembra sacó la peineta y la muñeca para embellecerla. Es que se volvió loca por usted.
Me lo imagino haciendo tutito y un monstruo en pelotas entrando por la ventana. Onda comedia de vampiros. Esos con ketchup en la boca y que se le salen las caries con la mordida.
Se acabó, hoy mismo júntese con su yuntita y le mete cháchara. No le va a pasar nada. Usted no lo hizo ni por la patria con la vieja, así que se portó como campeón. Lo único que ocultó fue el calugazo y todo el terror que ha vivido en estos días antes de la sacada de cresta de ella.