Estoy tan feliz, porque me había separado hace cuatro años. Vivo en el sur y me pegué el pique a Santiago a ver a mis niños. Una mala: me agarró la cuarentena acá, y la buena que hace una semana me puse a conversar con mi ex tomándonos un vinito con los niños.
Doctor Cariño:
Estoy tan feliz, porque me había separado hace cuatro años. Vivo en el sur y me pegué el pique a Santiago a ver a mis niños. Una mala: me agarró la cuarentena acá, y la buena que hace una semana me puse a conversar con mi ex tomándonos un vinito con los niños. Y el más grande, el de 9, gritó: "Papá, dale un beso a la mamá''. Yo me puse rojo y se lo di. Ella me lo recibió, mi hija más chica se puso a llorar de felicidad y terminamos todos con lágrimas.
Nos fuimos a acostar y ahí quedé solo en la pieza de visitas a pura ilusión. Y a las dos de la mañana apareció ella y se acostó conmigo. Luego de acariciarnos emocionados durante horas hicimos el amor. Recuperé a mi familia y no puedo estar más feliz.
Me pueden odiar, pero le doy las gracias al coronavirus.
Rubén
Don Rubén:
Estoy en cuarentena, pero también estoy en shock. Su historia me conmovió. No tengo nada que aconsejarle, sólo que disfrute lo que perdió por años. Cuide a su familia en estos tiempos y, por lo que veo, busque pega acá en Santiago.
En realidad no me contó. Capaz que esté forrado o sea un pyme esforzado. Pero al final eso vale callampa al lado de estar con la familia y nada más. Sé que mucha gente se pondrá feliz con su experiencia religiosa y ojalá que varios "abiertos'' prueben si este Covid-19 podría servir para valorar lo que se perdió por puras cabezas de pescado.
Ahora ambos deben ponerse al día. Son cuatro años de kilometraje que falta.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com