Mi perro mordió a un vecino y lo tuve que atender. El problema es que mientras le limpiaba las heridas, el hombre se puso puntudo y me agarró a besos en el cuello.
Doctor Cariño:
Mi perro mordió a un vecino y lo tuve que atender. El problema es que mientras le limpiaba las heridas, el hombre se puso puntudo y me agarró a besos en el cuello.
No aguanté más y se los devolví al tiro, pues llevo separada cuatro años y en ese tiempo he visto cero hombres. Así que al momento ya estábamos haciendo el amor. Pero lo lamentable de todo esto es que él es nuevo en la zona y ayer lo vi con su esposa y sus seis hijos. Imáginese, ¡seis hijos! Eso me mató todo, y él quiere seguir conmigo a las escondidas.
Igual yo la haría, pero podría meterme en un rollo cuático.
Mabel
Mija:
Está bien que le faltaba que le regaran la flor, pero no por eso se va a meter en el manso forro. Acá lo que tiene que hacer es haber disfrutado ese momento y nada más. Más encima, el hombre quiere jugar a la mala con seis cabros chicos. No puede ser tan fresco de traste.
Al final usted va a ser el segundo plato y capaz que la pillen destruyendo a una familia. Búsquese alguien que le tranque los porotos, pero sin compromisos. Para qué meterse en atados con galanes de cuarta y casados.
Y dígale al caballero que vaya a la posta a ponerse una vacuna antirrábica en vez de pensar en puro ponerle.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com