Doctor:
Estoy en una disyuntiva porque me separé hace tres años, mis hijos están grandes y a mis 55 no sé si estoy para entrar a la cama con un hombre de nuevo. Sólo conocí a mi marido en ese aspecto y me da miedo.
Lo que le cuento es porque hace una semana llegó un vecino nuevo a la cuadra. Cuarentón, separado y con un perro.
El otro día vi a un animal haciendo pipí en mi pasto y cuando lo eché corrió este hombre a deshacerse en disculpas. Ahí me invitó a un café y me enamoró en un par de minutos.
Todos los días conversamos y el lunes que recién pasó me besó. Ahora viene la etapa del toqueteo y después, usted sabe.... estoy aterrada. Me gusta, pero me asusta ¿Y si me da un paro cardíaco?.
Rosa
Rosita:
Lo de la historia de cómo se conocieron, lo de la edad, lo del perro, lo del beso. Todo, vale nada. Porque está en regla.
Usted es una mujer resuelta sin ningún compromiso y el caballero también. Lo que sucede es que le da miedo volver a encamarse con otra persona que no sea su ex.
Póngase contenta que revivirá su flor, alégrese que le saltó la liebre, salte en una pata porque no se le fue el tren.
A lo que voy, mujer, es que deje que las cosas fluyan. Un traguito, unas caricias y estará mirando la cima del cielo.
Se lo merece y además es joven como para colgar las botas. Créame que no se va a arrepentir.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com