Doctor:
No le escribo por mí, lo hago por mi hija, porque estoy chata de que pololee con un chascón hediondo a pata y que más encima la metió en el camino de las relaciones sexuales. Sí, efectivamente, ella misma me contó que había debutado con ese pelafustán hace tres meses. Me dijo que estaba enamorada y que él la hacía feliz en todo sentido. A sus 23 años creo que se merece otro compadre que sea de verdad. De hecho, hay uno que es egresado de Derecho, buena pinta, la corteja mucho, pero no, mi hija no entiende y le da con el espécimen que anda con una polera negra de Iron Maiden toda sebienta. Dígame qué hacer, porque le juro que ya no doy más. Más aún cuando los pillé en el acto un día que me devolví a la casa a buscar unas llaves. Imagínese.
BRUJA
Mi brujilda:
Mire mi señora, la comprendo perfectamente, porque este humilde servidor también tiene una hija y ya comienzo a ver el desfile de jotes que andan merodeando para comer carne de la buena. Pero creo que faltan añitos para ello. No obstante, lo que le pasa a usted le sucede a hartas mamis y papis. Más encima sufrió en carne propia cómo un chascón degenerado disfrutaba de su reinecita en el ring. Y los vio….¡Ufff! Mal oliente, cuma, sucio y mal agestado, lamentablemente es el amor de su hija. Respétele su decisión y aconséjela de que se cuide en todo sentido. Capaz que detrás de ese espantapájaros hay un hombre bueno. Así que mastíquela de a poquitito, pues siempre el bienestar de ella está por delante de todas las cosas. En una de esas la cabra se aburre y le da el corte al melena aceitosa. Y ahí entra el abogado en acción para reconquistarla. No pierda la esperanza.