Le hicieron un Titanic

Lo que me pasó me dio hasta vergüenza. Estuve cerrando el mes en mi oficina. Quedé con los dedos crespos de tanto tipear información.

Pero ayer fue tanto lo que hice, que tipo siete de la tarde me dio un sueño increíble. Era como que yo estaba en la punta de un barco sintiendo románticamente el viento del océano, como la película Titanic. Pero había un detalle, me veía completamente desnuda, al nivel de que sentía gotitas de mar en mi guata, pechos y piernas. De repente me abrazaba un hombre. “¡Di Caprio!’’, pensé y me di vuelta al tiro. Pero no, era mi jefe que comenzaba a besarme la espalda hasta que terminábamos haciendo el amor.

Me puse a gritar el nombre de él, y sentí un golpe en la cabeza. Desperté: era él con corbata, quien me dijo que me había dormido y que estábamos solos en la oficina.

Mientras agarraba mi cartera para huir de la plancha, me tomó la mano y me dio un calugazo lengueteado. Ahí no la pensé dos veces y me entregué como una mujer barata.

Digo esto porque sé que el Big Boss tiene señora y dos guaguas. Me encanta, pero no sé si seguir en esto. Quedo a la espera de sus comentarios, consejero del amor.

EVA

Mi guachita:

Su historia me recuerda a una borrachera que tuve cuando estudiaba en la Universidad del Amor. Me había quedado carreteando con un compañero de curso, hasta que nos quedamos dormidos en su cama. La pieza era como la habitación de Charly García. Había copete, colillas de cigarro y un par de bufandas de minas. 

e repente, en la noche me dio frío y decidí taparme junto a mi socio. Y ahí empezó mi sueño: era una rusa que tenía solo el gorro peludo incrustado en el cráneo y el resto piluchita. Me abrazaba, yo también; me besaba, yo también. 

Pero de repente empezó la acción y me di cuenta que estábamos de lo mejor y desperté de un cornete. Era mi amigo que me agarró a xuxadas, porque lo tenía todo besuqueado. Mal. Y eso que no le hice la gran Jara. Se me pasó hasta la curadera. Volví al sillón donde habíamos chupado y ahí pasé la noche. 

Lo de usted es brígido, pero su sueño se hizo realidad. Y ojo que se puede transformar en una pesadilla en la vida terrenal, porque si sigue en esos pasos se va a embalar y capaz que termine como una amante de cuarta categoría. Su jefe se aprovechó y usted, mi dama, debe hacer borrón y cuenta nueva. 

Haga cuenta que el barco del Titanic se hundía y que su galán tenía frío, por lo que la herramienta estaba chiquitita. Es lo mejor. Pero con madurez converse con el patrón. Si es inteligente el hombre, comprenderá.

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