Soy una sensual morenaza de 32 años, con más curvas que la subida de Farellones y tiernos ojos color miel. Como si fuera poco, me gastó el tremendo curriculum profesional y hablo tres idiomas de corrido. Cualquier macho que se jacte de tal quisiera estar conmigo. Así de simple. Pero como todo ser humano, escondo un problema que me tiene más angustiada que vegano frente a una parrilla de interiores: sufro de cefalea del orgasmo. Sí, tal como lee. Cada vez que grito “viva Chile” acabo con un dolor de cabeza espantoso, por lo que hace un año opté por el celibato. Carepalta. Nada de show de la procreación. El atado es que hace unas semanas conocí a una flaco de mirada enigmática y pelo en pecho que me revolucionó las hormonas. Corto las huinchas por entregarle mi amor, pero el miedo a que se espante por mis dolores me paraliza. Ni siquiera me atrevo a contarle lo que me ocurre, a pesar de que es un hombre sensible y comprensivo. ¿Qué hago, doctor? No quiero perder a mi alfombra de pelos.
Gritoncita
Señorita dolores:
Vamos al grano, estimada: lo primero que debe hacer es ir a un especialista para que le ayude a solucionar su problema. Tengo entendido que la cefalea orgásmica es un cuadro benigno, de buen pronóstico, por lo que no debe preocuparse más de la cuenta. No me quedó claro si optó por el celibato por los terribles dolores o porque los tontos se la han espantado en el acto, pero le digo al toque que no debe urgirse si es por lo último. Usted debe estar orgullosa de gastarse la tremenda humanidad y de que le sobre materia gris. Conozco a algunas que hablan en lenguas muertas en ciertas situaciones, pero pocas se pueden quebrar de que manejan tres idiomas. Un talento. Y seguramente esas virtudes enamorarán al flaco misterioso. Le aconsejo que le cuente la firme de su “problema” antes de hacer pebre el ring de cuatro perillas. Si es sensible y compresivo, como me cuenta, seguramente la entenderá y le irá a comprar unas pastillas para el dolor de mate después de hacerla gritar de pura pasión. Confíe en ese hombre. Cambio y fuera.