Lo patearon por retorcido

Doctor:

Todo iba bien con mi mina, hasta que me puse medio retorcido de mente. Le explico: hace como tres meses estábamos de lo mejor haciéndole empeño en el catre y mi socia se le salió un “sigue, sigue” con la voz de Darth Vader... Ese pues, el de “yo soy tu padre” de la Guerra de las Galaxias. Bien ronquita. Fue cuático, doc. No sé, a lo mejor fue el copete. Al tiempo caché que esa voz siempre la pone cuando lo estamos haciendo, así que ahora le pongo más oreja para romperla en la cama. El drama es que me puse hueón y se me ocurrió comprarle la máscara del papito de Luke Skywalker para que se la pusiera. Hace tres días se la regalé y ella puso una cara rara. Como que ahí me di cuenta del condoro... Claro, le conté, se enojó, me tiró el casco por la cabeza y me pateó.

DARTH VADER

Caballero Sith:

Mire, mijo, en mi amplia experiencia camastril he visto de todo. Desde una comadre que le gustaba aporrearse con máscaras africanas hasta una que lo hacía vestida de osita. Y en cada intervención de este pechito, siempre salí jugando, a lo Elías Figueroa. Si era con máscaras, llevaba la mía; si era con disfraz, igual pascual. Pero siempre con tino, nunca matando la pasión. Usted la embarró de una, la hirió en lo más íntimo. Antes de condorearse debió haber sondeado si a ella le gustaría hacerlo con máscaras de personajes. Si hubiera dicho “sí, probemos”, usted hubiera traído una linda para ella y una de Darth Vader para usted mismo. Y en una de esas le hubiera dicho “¿y qué tal si intercambiamos las máscaras, mi amor?”. Si hubiese dicho sí, ahí usted le chanta la del malulo (la máscara, obvio) y todo lo que es usual en las lides amorosas. ¡Y todos felices! Para la otra, si es que hay, inténtelo así.

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