Fui a matricular a mi hijo a última hora en un colegio la semana pasada y la mujer que me atendió me dejó loco. Nunca pensé que me iba a decir que yo era guapo, que era simpático y que al final me preguntara si estaba casado.
Doctor Cariño:
Fui a matricular a mi hijo a última hora en un colegio la semana pasada y la mujer que me atendió me dejó loco. Nunca pensé que me iba a decir que yo era guapo, que era simpático y que al final me preguntara si estaba casado.
Obvio que le respondí que felizmente tengo un matrimonio. Peor fue la respuesta mía, pues la fémina no tuvo escrúpulos para refregarme en la cara en que le daba lo mismo y me aseguró que lo que pretende lo logra.
Me dio una semana de plazo para que le respondiera si quiero ir a su departamento a vivir una noche de lujuria y pasión. Me dio su celular, me he llamado, pero aún espero responderle si voy o no a la pelea. Es tremendo monumento, bella y tiene 10 años menos que yo. Dígame qué hago.
Moreno
Señor Moreno:
Sus pensamientos le hacen el honor a su seudónimo: son oscuros, morenos, pero lo bueno que es sólo lo que tiene en la cabeza, porque aún no ha caído en los brazos de ella.
Para serle franco, estoy claro que esa mujer no es muy carita de ángel. Por más de que usted tuviese la pinta de un Brad Pitt, no esperaría que se me tiraran al dulce de esa forma, sin importarle su vida marital y desafiándolo, cuando nunca la había visto.
Pero usted debe estar claro, mirar a su mujer y si quiere cuéntele. Le subirán los bonos en la casa y será mejor, pues inmediatamente le pondrán paños fríos a una eventual infidelidad. Lo que sí, no le dé tanto detalles de dónde es la mujer, porque su hijo si quedó en este establecimiento llegará de bienvenida involucrado en un escándalo. Cuéntele como algo que le pasó en un almacén o en cualquier parte. La idea es que de alguna forma se libere de lo que le pasó.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com