Hola Doctorcito:
Soy una morena de 33 años, no soy tan fea de caracho, pero desde hace un año que no pasaba nada de nada en el ring, porque a mi laif llegaban puros pasteles.
Hace poco recibí una invitación de Feis de un minoco bien potable, lo conocía de mi pega, pero nunca tiramos la talla.
Empezamos a hablar y me tiró los chitecos; como estaba en sequía, accedí.
Pero el macho era bien raro, oiga: mientras estábamos en el ring, no me tocaba, ni un besito siquiera. Me fui triste de aquel encuentro.
Hablando con una amiga llegué a la conclusión de que el tipo es gay, porque a ella le paso exactamente lo mismo.
Me siento mal doc, sé que cometí un error al haber ido a la pelea a la primera, pero esto me supera.
¿Qué hago? Ayúdeme, plis.
Valentina
Vale:
Una cosa es lo que le pasó a su amiga y otra es lo que pase con usted.
Si el caballero le puso el cabeza de pala es por algo. Lo mejor es que se junte con él y le pregunte por qué es tan malo para el catre.
Al final, lo que cuenta es la sinceridad. Además, hay varios gallos que son como máquinas, les gusta moverse pa' adelante y para atrás hasta gritar ¡viva Chile! sin importarles lo que pase con la hembra. Eso es lo que sucede en esta situación.
El señor seguro es malo para el polvo y no va a cambiar, pero que se le queme el arroz lo veo casi imposible.
Ojalá que después de la charla cambie su forma de hacerle el amor, de lo contrario tiene que puro tirarle la cadena.
La idea es que usted ponga los ojos blancos.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com