Por el maldito casino perdió el amor y la familia

Lo único que le pido es una oportunidad para que mi señora me comprenda. Me fui de vacaciones a La Serena con toda la familia y el primer fin de semana partí al casino y me jugué la vida.

Doctor Cariño:

Lo único que le pido es una oportunidad para que mi señora me comprenda. Me fui de vacaciones a La Serena con toda la familia y el primer fin de semana partí al casino y me jugué la vida. Quedé terriblemente sin niuno.

Me curé y de pura vergüenza me fui a Santiago a conseguirme dinero. Un amigo me prestó, pero me demoré tres días en lograr ese monto. Antes de que me pasara la plata no contesté nunca el teléfono. Mi mujer llamó a Carabineros, a los hospitales, a los bomberos, a la marina y nada. Claro, su hombre estaba escondido esperando el préstamo.

Volví a la Cuarta Región, me quitaron la plata y me mandaron de vuelta a Santiago. Cuando llegó mi familia, ayer, me echaron y ella me dijo que le gusta otro hombre. Me dio el nombre y apellido. Hablé con él y es así. Estoy muerto.

Ale

Don Ale:

Qué lamentable que por un par de fichas se está farreando una linda familia y unas hermosas vacaciones. Creo que el tema de las apuestas a usted lo está volviendo loco. Es que al nivel de dejar todo en las manos de un casino, es porque no tiene control de su cabeza ni menos del bolsillo. Eso llevó a su mujer a pensar en otro hombre que prefiere gastarse las manos acariciándola en vez de tomar una ficha y perderla. Mal.

Espero que lo de su mujer sea sólo una broma de mal gusto para que sepa qué se siente abandonar al amor. Y si fuera verdad, lo único que le queda es recuperarla a punta de esfuerzos y logrando reconquistar a su familia. Sus cabros chicos sufrieron con todo y usted no hizo nada. Sólo pensar en el batacazo casinero. Que al final nunca se da.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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