Me asusta, pero me gusta

Estoy en la mitad de mi vida. Hace poco cumplí 50 años. Estoy separado y veo regularmente a mis hijos. Y la verdad es que no tengo nada de qué quejarme. No hay vértigo en mi vida. Casi puro aburrimiento.

Doctor:

Estoy en la mitad de mi vida. Hace poco cumplí 50 años. Estoy separado y veo regularmente a mis hijos. Y la verdad es que no tengo nada de qué quejarme. No hay vértigo en mi vida. Casi puro aburrimiento.

Hasta hace dos semanas.

Esa fue la fecha a la que en mi oficina aparecieron las nuevas contrataciones y entre ellas, llegó una jovencita de 27 años. Es la más hermosa de todas, doc. Y no me va a creer, pero esta niña empezó a tirarme los cortes heavy. En un principio creí que era una broma cruel, pero al parecer a esta niñita le gustan mayores como a Becky G.

Y la verdad es que a mí también. Pero me asusta meterme con una cabra chica que podría ser mi hija y a la cual no sé si le podría llevar el ritmo.

Galán Maduro

La fomedad de su vida le sonrió y eso debería tenerlo contento, porque a los 50 lo único que podía esperar era convertirse en esos ciclistas con ponchera que se han volcado a correr triatlones por todo el país, sin ganar nada pero llenando el Instagram con fotos en trajes de neopreno, que más que atletas, parecen humitas mal amarradas.

Ya no es necesario comprarse una cleta de 500 lucas. Aproveche la energía que le queda y disfrute este aire de frescura. ¿A quién le importa que usted esté pinchando con una joven 23 años menor que usted? Sólo a los sapos de la oficina, que se van a morir de envidia cuando ponga fotitos de Instagram de Lollapalooza con su pierna suave. ¡Qué envidia!

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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