Mi papá no me deja pololear, mi mamá tampoco. El problema es que me enamoré a mis 18 años del mejor amigo de mi viejo. Él me quiere, me protege, pero tiene 42 años.
Doctor Cariño:
Mi papá no me deja pololear, mi mamá tampoco. El problema es que me enamoré a mis 18 años del mejor amigo de mi viejo. Él me quiere, me protege, pero tiene 42 años. Imagínese, son 22 años más y lo amo con toda mi alma. Estoy virgen y quiero estar con él como usted sabe. Sin embargo, él mismo me dice que aún no, que debe contarle a mi padre y va a quedar la embarrada.
Él es un hombre separado con dos hijos, y su hija mayor tiene mi edad. Imagínese cómo estoy con todo esto. Nos queremos mucho, él me respeta, pero sé que esto no va a llegar a ninguna parte por culpa de mis papás. No sé cómo hacerla, doctor. El tema se convierte en insostenible y pienso incluso en quitarme la vida. Ayúdeme.
Marianela
A ver, a ver, mijita:
Eso de quitarse la vida son puras cabezas de pescado. No sea tonta ni infantil. Ya tiene 18 años y es mayor de edad, así que no me venga con esas estupideces. Lo que tiene que hacer acá es escuchar a su pololo veterano y dejarlo que se tire el salto y le cuente a su amigo lo que está pasando.
Acá no es el tema de echar una canita al aire o darse un beso con lengua, acá hay una relación que tiene hartos años de distancia entre un hombre y una mujer. Pero es una relación que no le veo ningún problema. El drama es usted que le da miedo enfrentar las cosas.
Si los dos están enamorados, deben lucharla contra todos y pelear por esta pasión desenfrenada. Sus papás deberán comprender lo que pasa y eso se hace necesario dejarlo claro con transparencia, tino y fe. Después haga lo que quiera con el caballero de las cuatro décadas.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com