Confundida: tiene el corazón partido entre su esposo y su amante

Doctorcito: 

Me casé con mi amor de juventud hace un año. Éramos felices hasta que a él le salió una buena pega en el norte, así que se fue para instalarse, mientras yo acá terminaba los proyectos de mi pega y vendía nuestras cosas.

Pero en el trabajo conocí a quien me reemplazaría en mi puesto, hubo química instantánea... y pequé. Mi esposo es como un caballero a la antigua, que me protege, me guía, me trata como una princesa y en la cama es un bien dotado "macho latino".

Mi amante me trata de igual a igual, me escucha, valora mi opinión, me incentiva a crecer como profesional y en la intimidad estimula mi imaginación y me motiva a tomar la iniciativa. Tengo el corazón partido, doctor. Sé que no puedo quedarme con los dos, pero...

Isabel

Chabelita:

Como se casó con su amor de juventud, le faltó enfrentar más púgiles en el ring antes de elegir a su campeón. Ahora sufre por dos: uno (el oficial) la trata con guante blanco, tiene la tonta herramienta para gozar, pero parece que la tiene en segundo plano. El otro (el patas negras), la tiene como una partner, hay complicidad y aunque es iñi piñi despierta esa fiera escondida en usted.

Solo usted puede decidir con quién quedarse. Pero le aconsejo tomar distancia de su compañerito de pega por dos cosas: Por respeto a aquel con quien pisó el palito y porque a la hora de engrupir, los hombres somos güenazos pa' esconder nuestros defectos. Aléjese y conozca bien al tipo, aunque meterse a sangre de pato con una mujer casada me hace sospechar de que no sea tan buena persona.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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