Llevo 20 años esperando a mi novia para que me dé el "sí". Somos pololos de chicos, desde antes del pelito de oro, y toda la vida he tenido que usar babero, porque me humedezco con puro verla.
Doctor Cariño:
Si no me ayuda voy a tener que llamar al Pancho Saavedra, doctor. Mire, se la hago corta: llevo 20 años esperando a mi novia para que me dé el "sí". Somos pololos de chicos, desde antes del pelito de oro, y toda la vida he tenido que usar babero, porque me humedezco con puro verla. Usted la contemplara: ojos verdes, blanca como la leche y pelo rubio brilloso, y sin Tío Nacho.
La cosa es que ella me dice que aún no está segura de contraer el sagrado vínculo, por lo que tampoco ha accedido a darme la prueba de amor.
Yo soy chapado a la antigua y he tenido la paciencia de un monje shaolín para esperarla. Pero ya no aguanto más y tengo la bala atravesa, porque ahora último ya no me llama para darme las buenas noches ni me contesta los "wasap". ¿Me estará traicionando? Ayuda.
José Patricio
Mi Ruperto:
Con su historia me acordé de "Ruperto", el pobre novio que salía en Sábado Gigante en la época donde Don Francis tenía menos canas, pero la misma cabeza, y al que tampoco nunca le daban la pasá. Pero vamos por parte. Por lo que me cuenta, su polola es una especie de diosa griega virgen, a la que no le han picado ni los zancudos y menos ha revuelto algún yogur.
O sea, no sería raro que un cardumen de tiburones de dos patas tratara de comérsela cruda, grrr. Pero esas son conjeturas salidas de una cabeza tan acumulada como la suya. Y que no le conteste el teléfono alguna vez tras 20 años de puros besitos, tampoco quiere decir nada. Así que meta la cabeza, ojalá ambas dos, al agua bien fría y cálmese. Todo está bien.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com