Doctor:

Creo que usted es la persona indicada para ayudarme en un consejo. Partí como un sinvergüenza y ahora me enamoré de la persona a la que le estoy sacando la plata.

Soy estudiante y arriendo un departamento en el centro de Santiago. Llegó un momento en que me puse muy carretero, al punto de que no me alcanzó para pagar la mensualidad del inmueble.

Así que esperé que llegara la dueña, una mujer de 42 años. La seduje bien, me la engrupí y terminé meta cacheteo con ella. Le vendí la pomá del cabro esforzado y sin ni uno, y ella me ha dejado vivir al gratín hace tres meses. Día a día venía por lo suyo y ahí estaba yo, pagando con carne.

Pero la semana pasada llegó para decirme que su marido volvió con ella, porque había dejado a su amante y que nunca había perdido la esperanza de volver con su amado. De tan feliz que estaba me dijo que viviera gratis hasta diciembre en el departamento y que, incluso, me pagaba los gastos comunes. Me dio las gracias por todo y me pegó la PLR en el corazón.

Le insisto doc, me enamoré de esa mujer y ella me utilizó. ¿Qué hago?

FRESCOLÍN

Mire caballero:

Y eso que de caballero no tiene nada. Señor zángano, agradezca que tiene un techo para depositar su humanidad vaga y fresca con la gente. O sea, se encatró con una veterana por un arriendo, ¿y ahora el perla está todo urgido, porque la fémina que le prestó el macetero para regarlo encontró el amor de su marido?

Eso de que se enamoró no se lo compro ni con un billete de luca y media, papito. Usted quiere seguir choreando un techo para dormir y no le basta con diciembre. O capaz que su orgullo le haga creer que se enamoró al escuchar la PLR de la mujer de cuatro décadas. 

Yo que usted dejaría de robar en ese departamento y me echaría el pollo. Si es tan machito, declárele el amor a la “javie’’. 

En una de esas le dan hasta marzo de 2015, para que se pague la matrícula del próximo año, su flojo. Y eso de que “ella me utilizó’’ vaya a contárselo a la FIFA.