Doctor:
Tengo una vecina que tiene un perrito y todas las tardes le da la comida en el antejardín de su casa. Pareciera que supiera que la miro entre mis cortinas, porque se agacha de una manera muy singular: hacia mí y se mantiene con la cola parada más de un minuto.
Después me mira y se ríe. Yo me escondo, pero cuando voy a comprar el pan me tira los chitecos como condenada. La cosa es bonita, pero ultra complicada. Es casada con un carabinero y si me cacha el hombre capaz que me agarre a balazos. Pero la tentación es grande y el señor nunca está en la casa. Yo soy soltero y no tengo dramas. Por eso estoy que la hago. ¿Le parece?
Mauricio
Don Mauricio:
¿Usted es enfermo o cree que Alexis Sánchez va a seguir en el Arsenal? Más allá de que le chanten un balazo debajo de la guata o le pongan su lumazo en el hocico, acá se va a meter en un problema más grave. Hay una mujer casada que quiere jugar a dos bandas y si usted se enamora, seguramente le va a pagar con la misma moneda.
Si le tira los meones cachándolo como se cuartea detrás de una cortina es porque la hembra es zorra. Y usted no deja de ser un gallo penca, porque no piensa en el hombre que le cuida su seguridad mientras su esposa está tirándolo a la chuña. No haga nada. De verdad.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com