Está preocupado porque la panadera picarona le coquetea

Doctor:

Me da vergüenza contarle mi drama, pero aquí voy. La semana pasada fui a comprar pancito y al entregarme el producto, la dueña de la panadería me apretó la mano. Casualidad, me dije. Al día siguiente, igual. Pero esa vez me miró directo a los ojos y me tiró un beso, pero mudo.

Al tercer día, hizo lo mismo y me dijo: "A la tarde ven a verme a la casa del segundo piso. Estaré sola, mi marido se va". Como soy de califa, doc, fui y me comió, así tal cual. Ahora voy por pancito caliente del horno todas las tardes después de la pega.

Pero ando medio cachudo, porque hace poco me atendió el marido y me preguntó: "¿Cómo está el pancito?". Me mató, ya no quiero más pan. ¿O me estoy pasando rollos?

CLAUDIO

Gallo Claudio:

Para nada se está pasando rollos, mijo. Lo más probable es que a la panadera se la haya salido algo o que al cornudo le fueron con el cuento. Hasta el momento son sólo sospechas, pero es mejor que se aleje de ese horno al rojo que es su vecina del pancito.

Por dos razones: porque es re penca que ande quemando espinazo a un esforzado panificador que le tocó una mala hembra y, segundo, porque si el venado llega a cachar la historia completita, capaz que lo amase a patadas y se acrmine con la infiel y usted. Mejor vaya a comprar la marraqueta a otro lado y dígale chao a la que lo amasaba.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

Temas Relacionados

COMPARTIR NOTA