Doctor Cariño:
Mi mamá me presentó a la hija de una amiga de ella, porque no tengo polola.
No sé cómo decirle que no estoy ni ahí con la cabra sino que me gusta la vieja.
Se lo juro doctor, es que la señora está terrible de enchulada, es joven y me tira los corridos cada vez que va a la casa a ver a mi vieja.
Pero mi mamita insiste en meterme a la cabra chica que no me gusta.
La veterana, con mucho respeto, está pero para chuparse los dedos y ella sabe que estoy verde.
Nunca he pololeado, pero no sé si jugármela por aquella mujer de las casi cinco décadas o buscar por otro lado.
Ayúdeme.
Joaquín
Joaco:
Primero que todo, debo señalarle que si se mete con la hembra mayor, va a tener que afirmarse bien los pantalones, porque lo van a dar vuelta de un puro piernazo.
Va a quedar más seco que pescado de cerro y después lo van a dejar botado.
Dígale al toque a su madre que le gusta la viejuja y que ella le tira los cortes.
Si tiene confianza con su progenitora, creo que es lo mejor, primero para que no le encalete a cada rato la pergenia, y lo más importante, para que no se sorprenda cuando se encuentre con su hijo y su amiga jugando al caballito en pleno living.
Poniéndose serio, creo que debería buscar una alternativa acorde a su edad.
Lo de la veterana es porque le calienta la sopa nomás. Pero puro problema. Es hora de que abra los ojos y piense maduramente.
Evite atados.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com