Doc:
Ese día nunca lo olvidaré. Fue como un sueño.
La conocí en un taxi, conversamos mientras yo manejaba. La besé, hicimos el amor y nos enamoramos hasta casarnos.
Tenemos tres hijos, y la semana pasada un amigo me contó que vio a mi esposa atracando con un taxista en un paradero cerca de mi casa.
Me dio la dirección exacta y fui. Tipo 21.00 partí al lugar y la caché agarrando de lo lindo.
Es más, el hombre le tenía la mano perdida debajo de la falda hasta que golpeé la ventana, rompí con un palo todo el auto, le saqué la cresta al gallo y a mi esposa la miré con lágrimas en mis ojos.
¿Qué más podría hacer? Me fui de la casa, extraño a mis hijos y ahora no sé qué hago con mi vida.
Marcos.
Marquito:
Qué pena su historia. El día que la conoció tuvo una experiencia similar a la que vivió con ella, pero montada en otro gusano.
Lo del taxi, eso de hacerlo pebre al igual que a su conductor, no sé si es criticable.
Cada uno actúa distinto frente a un hecho tan fuerte como el que presenció con sus ojos.
Lata por usted, pena por ella porque nunca cachó lo que podría causar con esa infidelidad, y lástima por sus hijos que no podrán disfrutar de su taita en la casa.
Ahora sólo debe sanarse, bloquear esa imagen y tratar de recomponer su vida. Si ama a aquella mujer, no dude en buscarla y darle una oportunidad.
De lo contrario, sus críos no tienen la culpa y quieren a un papi presente. Vaya a verlos las veces que sea necesario.
Y los hombres con buenos sentimientos casi nunca están solos. Así que le podría llegar una nueva princesa. Ahora a tirar para arriba nomás.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com