Fui al supermercado después de sacar el salvoconducto y en el pasillo de las leches me encontré con una joven muy afligida con un pack de 12 leches con chocolate.
Doctor Cariño:
Fui al supermercado después de sacar el salvoconducto y en el pasillo de las leches me encontré con una joven muy afligida con un pack de 12 leches con chocolate. Después de verla muy triste tratando de levantar uno de los bultos no aguanté más y la ayudé. Cuando me dio las gracias, sólo le vi sus ojos calipsos y una mascarilla blanca.
Cuando le iba a responder quedé estupefacto, porque su mirada me enamoró. Ella me preguntó qué era lo que me pasaba y yo todo nervioso le dije que me sorprendí con sus ojos. Aunque no lo crea, doctor, me pasó su número de celular y me dijo que la llamara para juntarnos.
Soy casado, pero de verdad que esto nunca lo había sentido en mi corazón. Y ojo, esto va más allá de sus ojos. Fue como divino.
Juan
Juanito:
No saca nada con andar viendo la luz divina en unos ojos preciosos. Acá lo que veo es que usted no ve la hermosura de su esposa en la casa. Debería valorar a su familia en vez de andar mirando para la carnicería.
Llame a los ojos lindos y haga pebre lo que construyó en años. Llámela, revuélquese y después no ande como cordero degollado pidiendo agüita después de andar portándose mal. Siga su cuarentena y borre el número que le dieron.
Linda experiencia, bonita anécdota, pero ya pasó. Ya la hizo de galán y ahora quédese encuarentenado y disfrute a su familia. Pailón y tonto.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com