Doctorcillo:
Siempre puteo contra el maldito verano, porque me tratan como a la esclava Isaura, pero este ha sido espectacular. Como todos los años, llegué más cargado que novio en luna de miel a la playa. Baldes, quitasol, toallas. Todo lo que se le pueda ocurrir a la bruja, tengo que acarrear y como soy un pobre bolas tristes, además, me debo mamar a los dos "mostritos" que tengo por hijos que piden pan de huevo, palmeras y helados. Una pesadilla. Pero todo cambió cuando la vi: bikini amarillo, un par de mamaderas tipo melón tuna y un zapallo como calabaza de Halloween. O sea, la salvavidas más rica del mundo, que quizás porque me vio todo cagao me metió conversa cuando me mojaba las patitas. No le dije que soy casado y quiere que salgamos. Necesisto pecar, porque me lo merezco. ¿Qué dice?
Rodrigo
Mi cochayuyo triste:
Si pretendía hacerme llorar con su verso del pobre y triste macabeo, se equivocó. Usted no es el primer marido que tiene que trabajar más que Bob Esponja en la playa, porque fíjese que esos "mostritos" usted los trajo al mundo y me imagino que harto le gustó encargarlos, antes que a la "bruja" le crecieran los flotadores incorporados. Creo que usted es un caliente, al que se le encendió el picoroco con una simple cerrada de ojitos de la sirena de Baywatch del litoral central, que debe andar bien pero en las rocas usted se la imagina como la Pamela Anderson. No me pida que lo empuje a una infidelidad, no sea cara de nalga, señor.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com
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