Doctor:
Llevo una semana en la playa y quedé loco con mi señora. Lo único que hace es puro comer, mientras las niñas en la calle y en la arena se esmeran por hacer deportes, se ven regias y tienen una vida y un cuerpo sano.
Yo soy flaco y mi mujer pesa 75 kilos con 1,63 de estatura. No le digo nada, porque creo que se sentiría mal, pero al momento del amor ya ni funciono.
De hecho, me critica y dice que soy malo para la cama, y no sabe nada que es ella la que no me motiva. Y ahí estoy, pasándome rollos viendo televisión y en la orilla del mar, y al lado ella, comiendo papas fritas y huevos con tocino.
Humberto
Don Humberto:
Le agradezco su carta, porque lo que le sucede a usted pasa al revés con los hombres también.
Ahora, ha sido bastante complaciente con su pareja. Creo que debe conversarle en vez de no hacer nada. Le hace mal, perjudica la familia y al final una vida sana es bueno para todo el mundo.
Yo no entiendo cómo, si la ama tanto, no le plantea a su señora tener una vida en familia sana y con harto sexo.
Dígale que la ama por sobre todas las cosas, pero que últimamente ella se ha dedicado más a comer que a compartir con usted.
Trátela bien, no puede afectar su dignidad. Eso es clave. El respeto por sobre todo. Y estoy seguro de que ella querrá ser más sanita a la hora de alimentarse. Sobre todo, en estos tiempos que hay harta solución para el peso y los malos hábitos.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com
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