Doctor Cariño:
Por Facebook encontré a mi primera polola.
La quise mucho, pero el tiempo nos separó.
El problema es que de puro califa se me ocurrió escribirle. La minoca me respondió y me dijo que estaba separada y sin hijos.
El diablo entró en mí y me junté con ella, pero no sabía que iba a ser tan extraño y excitante: la mina me llevó a un motel, me amarró a una cama y me dio como caja a punta de latigazos.
Ahora en mi casa no me creyeron que me habían asaltado, y la pierna me llama todos los días para amenazarme que se va a encontrar con mi señora para contarle todo.
Lo penca de esto es que me quedó gustando la experiencia bruta.
Marco
Don Marquito:
Si le gusta que le saquen la cresta, mejor cuéntele a su señora que le está poniendo los cuernos y lo agarrarán a palos hasta que quede ciego.
Después de eso vea si le siguen dando ganas de una paliza.
La mina del colegio está terrible de loca, y más encima ni siquiera la hace cortita y piola.
Aléjese de ahí y cuéntele la posta a su señora antes de que la loca le deje la esposa del zorro en su propia casa.
Si la mina anda sola por la vida y lo llevó a un motelazo en menos de lo que canta un gallo, la mano se le viene peor.
A esa mujer se le escapan los enanos para el bosque. ¡¡Arránquese!!
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com