Se chantó hace rato y le da miedo volver a la pelea

A mis 65 años estoy solo en mi casita, en una población de Santiago. Mis cabros se casaron, mi señora se fue con otro hace cuatro primaveras y, ahora, recién jubilado, mi vida es mirar por la ventana, fumar, ver fútbol y salir de repente con los amigos del club de rayuela. Pero hace dos meses sapeando hacia la calle caché que la vecina sale a barrer todos los días, y me mira, y me hace señas, como que quisiera ir a la  pelea conmigo. Tiene 60 peras, y está paradita. Pero no sé si yo voy a rendir en el acto sexual. Ya tenía problemas hace un tiempo y no lo hago hace… Uffff. Imagínese. Además, no soy de los de ir a topless o conseguir damas de compañía. Me salvo a la antigua nomás, solito, y una vez cada tres meses. Una buena revista o una película y me ataco. Jejejé.

Mi debilidad por esta mujer me come y quiero jugármela. Pero, ¡y si me va mal en el catre? Ayuda.

MIGUEL

Miguelito:

Lo de la confianza en el sexo ante una mujer desconocida es peluda en todo hombre. Hay minas bravas que piden y piden hasta dejarlo seco, ni pa’ pegar una estampilla, pero también hay otras féminas que les gusta más bien las caricias y los abrazos, y quizás su cacheteo. Y sería. Debe probar, y para serle franco, cómprese una pastillita azul y pruebe en su casa antes de luchar cuerpo a cuerpo con la vecina. En una de esas termina siendo un Rocky Balboa y en el ring se gana todos los rounds.

Lo importante es que no tenga una vida tan fome. Hágase amigo de ella, invítela a comer, pasee, y cuando venga el día juegue con respeto. En una de esas, ambos quedan con los ojos blancos y de ahí para adelante nunca más andará solitario por la vida. Cómprese unos buenos calzoncillos, apretaditos, para que no parezca taxista de tanto estar sentado. Eso.

COMPARTIR NOTA