Como consejero que es usted, necesito que me ayude, porque me gusta el mejor amigo de mi pololo.

Es más, la semana pasada, para el partido del Colo, estábamos los tres. De repente, mi suegra llamó por teléfono y mi novio partió a su casa, que queda a una cuadra. Y ahí el Juan se me lanzó y me dijo que por qué no hacíamos las tareas. Acepté, porque andaba copeteada, así que nos fuimos con todo el hilo.

En el living nos dimos tupidos y parejos, hasta que mi pareja llegó y alcanzamos a subirnos todo. Desde ese momento que quedé prendida con este mino, quien ya me dijo que no estaba ni ahí conmigo y que prefería la amistad de su amigo. Es un fresco de raya, pero lo amo igual.

SOCORRO

Mujer:

Acá hay falta de confianza y una volada del porte de una billetera de Jadue. Si no estaba ni ahí con su pololo y andaba mirándole el paquetito de monedas a su amigo, ¿por qué no terminó la relación antes?. Así se hubiese comido gratis al yunta de su pierno sin el remordimiento que se la come viva en este momento. 

El compadre, por su parte, es el amigo del año. Mala clase, penca, sin vida, se parece a uno que conozco de la tele. Lo digo por lo de “sin vida’’. Pero en fin, no se preocupe. 

Llame a su pareja y al compadrito del cacheteo. Se juntan los tres y se va de lengua. Después de esa conversación se echa el pollo y no vuelva más a esa casa. La embarrada ya se la mandó, pero fue sincera, aunque tarde. Sin embargo, tiró toda la carne a la parrilla con la verdad. Búsquese otro hombre. El que le gustó no la pesca ni en bajada. Además, no le conviene.