He estado una semana sin contarle a nadie. Estoy agotada y ahogada. Engañé a mi esposo con el administrador del edificio.
Doctor Cariño:
He estado una semana sin contarle a nadie. Estoy agotada y ahogada. Engañé a mi esposo con el administrador del edificio. Es que mi marido no me infla ni en bajada ni en subida tampoco. Y el domingo pasado me trató de gorda estúpida. Ahí se largó a un asado con sus amigos y yo sólo atiné a llorar en el living. Ahí apareció Juan, el hombre con overol azul y quien me abrazó para consolarme.
Me preguntó lo que me había pasado y después de contarle me hizo cariños en el pelo, me señaló que yo era bella y que mi hombre me desperdiciaba. Le respondí con un beso. Y sí... después hicimos el amor toda la tarde. Cuando regresó mi pareja me sentí sucia, infiel, como que lo vi y me enamoré de él por encontrarlo víctima. Y aún sigo sintiendo que no se merece esto. No sé qué hacer.
Hortensia
Mi niña:
Para qué le vamos a buscar la quinta pata a un felino si sabemos que metió la cabeza en el inodoro al meterse con el administrador del edificio. Creo que eso debe contárselo a su esposo y darle los argumentos claros. Y estos son: primero, reconocer que se equivocó en esta infidelidad. Segundo, que lo ama. Y tercero: que lo que hizo fue porque nunca, pero nunca más, quiere escuchar de la boca de su hombre un insulto como el de tratarla de gorda o de flaca estúpida o inteligente.
Acá hay una agresión verbal muy grave e imperdonable. Y usted respondió de esa forma. Pobre el caballero cornudo, pero deberá comérsela calladito. Y mujer, no la haga más, pues sabe perfectamente que eso no debe correr en su vida.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com