"No solo me gustaría ver a colocolito nuevamente en la cima, sino que también reavivar el fuego con mi esposa".
Doctor:
Hace varios años que le escribo, aunque esta vez es para recordar un momento histórico: el 5 de junio de 1991. Noche mágica para el pueblo colocolino. ¡Al fin se miraba y tocaba la Copa Libertadores!
Estaba recién casado, así que festejamos con mi señora hasta el amanecer. Según creemos, fruto de esa maratónica y salvaje jornada fue nuestro primogénito.
No sé si es por el logro deportivo o la apasionada celebración, pero esa fecha la recuerdo con nostalgia... y hasta pena. No solo porque me gustaría ver a colocolito nuevamente en la cima, sino que también reavivar ese fuego con mi querida esposa.
Ganas no nos faltan. Lo intentamos. Pero a mis cincuenta y tantos ya no me da el cuero. O bien la pega me tiene exhausto, porque me quedo zeta al ratito. ¿Por qué no me regala una máquina del tiempo, doc? Jajá. Me sirve un consejo igual.
Juan Pablo.
JP
Memorable jornada aquella. Todo Chile celebró y se puso la alba... aunque claro, algunos afortunados se la sacaron hasta empelotarse.
Los recuerdos, recuerdos son. Si bien el presente de Colo Colo dista mucho de aquellas hazañas, su suerte podría ser diferente, amigo. Yo que usted no me echaría a morir tan pronto.
De repente, cuando pueda, debería tomarse unos días de descanso con su señora, pegarse un viajecito a la playa, arrendar una cabaña o partir para un motel. Hay varias alternativas, lo importante es crear un ambiente que lo conecte con su lado salvaje. El mismo que rugía hace 30 años.
No le afirmo que sea la solución, pero tiene todas las de ganar. Le pronostico un 3-0, como en aquella ocasión.
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