Se pegará el salto con las ricardas del gimnasio

Soy un adicto al gimnasio. No crea que tengo vigorexia y músculos como el chino Ríos o La Roca. Soy una mezcla entre Carlos Cruzat y el “mono Mario” y le estoy poniendo firme al gimnasio hace unos meses. Me cansé que en la pega me molestaran por la guata y que mi polola no me aguantara el salto como antes, cuando era flaquito.

Después de la pega me voy al gimnasio que está a un par de cuadras de mi casa. Y fíjese que a los dos días caché la mano y de una horita diaria ahora me mando tres de entrenamiento. Lo que pasa es que entre 6 y 8 aparecen todos los días cuatro chiquillas exquisitas, con sus petos apretados, sus calzas y sus cuerpecitos mojados... mmmm. Y según me enteré, son de esas con taxímetro como dicen ustedes, las del amor tarifado. Voy a puro mirarlas, pero estoy tantas horas en el gym que en dos meses y medio baje 12 kilos y hasta tengo calugas.

Y estoy que me pego el salto.

DON FABI

Don cogote de pitbull:

Me imagino esa mezcla entre Cruzat y mítico “mono Mario”, ídolo de las caricaturas puntudas de Bifelandia... Qué quiere que le diga, mijo. Aproveche, disfrute, mire, y haga harto ejercicio.

Se lo digo como médico. No hay nada mejor que ejercitar el cuerpo y engordar el nervio óptico mientras eso pasa. Yo a veces, con mis años, salgo al parque a dar una vueltecita, una caminata, y me topo con unas chiquillas que uno no veía cuando  era joven. En eso lo envidio.

Que bueno que bajó la guata y no como un par de sujetos que tengo acá en el diario que van tupido y parejo y yo creo que están cada día más guatones. Póngale, Don Fabi, pero no tire las manos. Recuerde que tiene polola. Ella es primero. En mirar no hay pecado, pero hasta ahí no más.

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