Doctor:
Ayúdeme urgente. El miércoles pasado mi pololo me invitó a ver a Luis Miguel. Fue una noche romántica, donde el Sol de México cantó de todo. Y cuando entonó su último tema, mi novio me abrazó, me dio un beso y me entregó una argolla. Claro, el hombre se decidió y me pidió matrimonio. Lo que él no sabe es que la semana pasada me encontré con mi ex y nos dimos tupido y parejo en un motel. Me acordé de cuando era chica y debutaba en el ring. Me dejó enferma y hasta enamorada. Y ahora debo responder a este compromiso y no cacho nada. Espero lo que me diga usted para dar mi respuesta. Apúrese, eso sí.
DUDOSA
Mi niña Dudosa:
Una lata. Pero no tengo muchas palabras para una mina que se aprovecha de su novio, pues él se gastó mínimo una gamba en entradas para ver a Luismi, desembolsó dos gambas más en un anillo e invirtió en una voz linda con el fin de lograr el momento preciso y pedirle matrimonio. Y no tiene idea que la nuca le quedó como membrillo la semana pasada, porque su amada andaba zamarreando la chauchera con su ex en un telmo. Mi reina, sea digna, devuélvale el anillo al galán y déjelo solito. Para qué le va a dar un “sí’’ si no está enamorada. Porque si lo estuviera no andaría cabalgando con otro hombre. Ande honesta por la vida.