Doctor Cariño:

Requiero que me entregue los consejos para darle a mi hija. Todos los fines de semana llega borracha y con distintos tipos se acuesta en su pieza y se pone a hacer cosas… usted sabe. Son gallos viejos, jóvenes, gordos, flacos.

Y al día siguiente cuenta su experiencia como si fuera una obra de arte. La celebra y se ríe de su jornada de alcohol y sexo como si fuera una noche cualquiera. Y tengo que aguantarla, porque es mi hija y es lo único que tengo en este mundo.

Tiene 24 años y es mi razón de existir. Estoy separada hace 10 años y el papá vela por su ausencia. Y acá estoy nerviosa y aburrida de todo esto. Le suplico un consejo.

María

Señora María

Lamentablemente debo decirle que usted está muy mal al dejar que su hija, una mujer de 24 años, hecha y derecha, mayor de edad, haga lo que le plazca en su casa.

La jefa de hogar es usted y no puede aguantarle que se vaya de farra todos los fines de semana y, más encima, que llegue con distintos hombres a bailar la samba a la casa como si fuera un hotel parejero. Ella le perdió el respeto a usted y a sí misma. Primero, se está haciendo pebre con el copete y las noches de lujuria. Ojalá se cuide en términos sexuales. Y sobre las bacanales debo decirle que los tiempos no están para salir toda la noche a entregarse a los peligros.

Que agradezca que no le ha pasado nada grave. ¿Cuántas mujeres desaparecidas hay después de los carretes? Ya pues. Hágaselo saber y agárrela de una oreja y váyanse las dos a una terapia familiar. La regalona debe ponerse las pilas. De lo contrario su madre será la que se va a enfermar.  

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com