Tata la chantajea porque le hizo al pornito on line

Eterno doctor:

Siento las tremendas ganas de confesarme con usted. Soy una dama, eso ante todo, de 50 años, muy bien tenidos, sin recurrir a cirugías estéticas ni inyecciones de bótox. Sólo trotar cerca de mi casa y hacer elongaciones.

Con mi bustito de 95 y casi en su lugar original me llegan ofertas de disfrute amatorio de hombres de mi edad y de lolos.

Como estoy separada hace 10 años, tengo un romance intermitente con un caballero que de cuando en vez, y con mucha imaginación e ímpetu para su edad, me hace ver estrellas, usted entiende, ¿no?

Pero hace unos meses conocí a un joven de treinta y algo y le fui infiel a mi viejito. ¿Por qué? Porque me doy el gusto de tocarlo y está durito, musculoso, con “six pack”, aunque en medidas es superado por el viejujo y en intensidad andan igual.

Pero me vuelve loca chatear con el amante mayor mientras hago cositas con “mi niño”. Al viejito le envío fotos piluchita y videos calientitos haciendo un solo, pero con el cabrito detrás. Me vuelve loca eso. Pero hace poco, en una video conferencia piluchita con el amante mayor se filtró una mano de “mi niño” justo en una de mis pechuguitas. Ardió Troya, como decía mi abuela, y el caballero ya no me habla y hace poquito me chateó que iba a tirar por redes sociales los videos pornos que le envié. ¿Largo a “mi niño” y le doy la exclusiva a mi viejito? ¿Aceptará o me preparo para lo peor?

Diana

Dama pícara:

Una mujer con el carrete que usted tiene y con la suerte de estar sin ataduras puede hacer lo que le venga en gana con su body, donarlo a la ciencia, entregarlo a la lujuria, prestarlo, arrendarlo, lo que sea. No tiene que rendirle cuentas a nadie si no hay más vínculo que el catre. ¿Estamos? También puede hacerle al porno casero y on line  con sus amantes, pero jamás debe exponerse a mostrar el caracho en pleno galope o haciendo despachos con micrófono abierto en vivo y en directo. 

Aunque esté solita, hay parientes, amistades y arriesga el nombre de sus hijos ya casados. Lo mejor es acudir a una cita con el galán otoñal y darle su merecido en el ring de cuatro perillas, pero que quede mirando pa’dentro. Una vez satisfecho, le pregunta si le gustó aquello y si le dice que sí, usted le suelta que si divulga los videos comprometedores le corta el agua para siempre. 

Una vez que lo tenga rendido, se asegura de que le borre todos los videos califas. De ahí puede hacer su vida como quiera, con “su niño” y el tata incluidos, en una de esas el añoso para no perderla acepta que le juegue a dos bandas. Tal vez, si usted quiere, ponerse con un trío. Y si se lanza al cacheteo grupal, jamás las haga de diosa del porno, mi perrita, porque cualquiera de los picados la pone en redes sociales y la hace más famosa que  Lisa Ann, Anna Devine, Sara Jay o Diamond Foxxx, todas maduronas estrellas del cacheteo por internet.

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