El taxista picado a gigoló

Doc:

Historias de taxistas y mujeres debe haber por cientos, pero la que le voy a contar es personal y tiene su preguntita, jefe. Pasa que hace tres meses que acarreo a una dama separada, sub 60, a un casino de juego fuera de la capital.

Ella, que es rica por delante y por detrás, sale emperifollada de su casa, la acarreo y me deja esperando mientras gana o pierde en las salas de juego. Al salir me paga la carrera más propinas, que al final le cuestan hasta medio palo.

Hace unos días salió feliz, me pagó, me dio la propina y me hizo llevarla a un motel de la carretera. ¿Adivine para qué? Le cuento que es una diosa, potente de carnes y me sirvió a piacere. Inolvidable.

Después de ese encuentro, me pide que la pase a buscar, nos vamos al telmo y me da propinas como si le ganara a la ruleta. Es medio cafichosa la cosa, ¿no? Pero gracias a ella estoy por dar el pie para mi depa. ¿Sigo o paro?.

Luis

Luchito:

Dado que usted no es casado ni tiene hijos y la dama es separada y sin atados de ninguna especie, menos de plata, entiendo que se está sacando el empacho con usted.

No habiendo amor en la relación, sino que puro exprimirle el néctar de su virilidad, lo mejor es que sigan jugando al teto, gozando y goteándole monedas para lograr el tan ansiado sueño de la casa propia, aunque no sé si digna.

Un consejo, galán: duerma harto, descanse y aliméntese bien para hacerle una buena bajada de bandera a la dama y le lluevan no sólo propinas..

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com.

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