Doctor:
Nunca me gustaron las entraditas en carnes, les hice el quite a varias, de hecho mi polola luce como una diosa en traje de baño.
Hace poco me fui de vacaciones con mis viejos y al pasear el perro me topé con una treintona gordita, pero de unas formas que me impresionaron.
Al día siguiente salí de nuevo con el perro y me la encontré trotando con un pastor alemán. Altiro le metí conversa y descubrí que era una tremenda mujer.
Sin querer, entramos en tierra derecha y me dijo que lo que fuera conmigo, que sabía lo que quería y que el amor es libre.
Otra tarde más salí sin perro, ella igual, y nos fuimos al depa que arrendaba. Fueron tres horas de amor intenso. Me sacó el jugo. ¿Todo okey? No.
Me vine y nunca le pedí su número. Me dijo que iba a estar hasta fines de febrero en la playa. La quiero ir a buscar, pero si me engancho mis amigos se burlarán por andar con una gordita. Ayuda, plis.
Nelson
Don Nelson:
Usted es medio caído del catre, parece. Le sonó la flauta con una diosa y se le olvidó pedirle el número del celu.
Si será... Pero, antes de pegarse el pique a la playa, búsquela en Facebook, seguro que la encuentra. Ve que hay medios y rutas para hallar el amor gracias a la tecnología.
Y en cuanto a lo otro, al qué dirán sus amigotes por verlo feliz de la mano de una mujer grande, queda claro que no es caído del catre, sino que de un camarote. ¡Que se vayan a la porra sus amigos! Sea feliz con su muñeca voluptuosa y tremenda en el ring del amor.
Prométame que no se pondrá imbécil y yo le aseguro, aunque no sea Yolanda Sultana, que será feliz. ¿Sabe qué más? Vaya al toque a la playa a buscarla. ¡Partió!
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com