Doctor:
Le dije a mi marido que la cortara con hacerse al dormido, que terminara con esas jaquecas falsas y que ya basta de trabajos falsos para no cumplir con su deber. Le cuento porque tuve guagüitas, me salí de línea y, para qué mentirle, ni yo me gustaba.
Lo entiendo, en serio, por eso me fui al gimnasio y trabajé duro, tanto que ahora tengo calugas, nalgas duras y todo bien puesto y sé que llamo la atención: tengo loco a mi personal trainer. Pero mi hombre no me toca y se corre. ¿Qué onda? ¿Me desquito con el personal trainer?
Vanessa
Vanessita:
No sea tan talibana para sus cosas, pero si anda como quiere y el hombre le hace el quite, es porque algo huele a podredumbre en su relación. Por mi experiencia, cuando usted no podía galoparlo y después cuando se descuadró, lo más probable es que el marido se buscó una sucursal amorosa y ande loquito por otra. Es la opción más lógica, aunque ha habido caso en que el macho de la casa haya decidido tomar otros caminos y sus gustos y apetencias sexuales no sean con mujeres.
Pero me tinca, me juego un pleno, con que el sujeto se buscó una mujer por ahí y está enamorado, tanto que no ve el tremendo potencial que ahora usted luce. Lo mejor es sentarse a conversar con él, la verdad desnuda y en una de esas advierte su nuevo estado y se hacen cuchi-cuchi como antes. También puede ser que le diga que está regia, pero que hay otra. Y si no hay más, buenos son los personal trainers.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com
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